Los seguros medicos podrían estar a disposición de todo el mundo si se prestara atención a las coberturas que se incluyen en las pólizas y si en lugar de que se nos descuente a los empleados una cuota de las nóminas que se pagan a los trabajadores se nos diera a elegir el lugar en el que queremos estar asegurados.
La seguridad social tiene una gran calidad, pero las listas de espera que se producen como resultado de los recortes están obligando a quienes cuentan con los fondos necesarios a plantearse contratar sanidad privada, pero lo consideran una injusticia debido a que ya se está pagando por la sanidad pública. Por otra parte, quienes no pueden pagar un seguro médico se quejan amargamente de que tienen que esperar para recibir atención sanitaria, y que preferirían que se les diera el dinero que les retiran de sus nóminas para guardarlo o al menos poder invertirlo en un seguro que les permita recibir el trato que se merecen cuando lo necesitan.
Los precios de las pólizas se van abaratando a medida que se van apuntando más clientes, pero lo cierto es que aun no están al alcance de todos. Quizás el mercado cambie tanto como para que todo el mundo pueda permitirse contar con los servicios de un médico privado.